lunes, 4 de abril de 2016

MATERNIDAD SUBROGADA‏


La maternidad subrogada cosifica a los seres humanos al convertir a los futuros bebés, desde que son embriones, en una mercancía que, con la excepción de uno o dos, será desechada, y sólo servirá para asegurar que quienes han contratado el procedimiento puedan tener un hijo.

Respecto a las mujeres que los gestan, se convierten en una especie de incubadora puesta a la renta de los deseos de otras personas. El dinero es tan esencial en esta práctica que sin él es imposible recurrir a ella. El patrón de estos contratos es el de pareja de país rico que recurre a vientre de alquiler de país pobre. No serán noticia los casos de mujeres ricas que donan su capacidad gestacional para parejas estériles pobres, lo serán jóvenes económicamente vulnerables, que ven en la renta temporal de su cuerpo una salida temporal a sus condiciones de pobreza
 

Esta práctica no es un derecho de salud, tener derecho a los servicios de salud no incluye cumplir el deseo de los ciudadanos a tener descendencia y que, además, el Estado pague por ello.
 
La vida y la dignidad humana deben prevalecer por encima de intereses particulares, por legítimos que éstos sean, y la maternidad subrogada niega el derecho a decidir de las mujeres, implica su control sexual, no se puede catalogar como una técnica de reproducción humana asistida y significa la mercantilización, el tráfico y las granjas de mujeres comprándose embarazos a la carta.  

Las mujeres no se pueden alquilar o comprar de manera total o parcial
                Fdo: Jessica Castaño

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