
Pero quiero proponer que le demos un giro a esta celebración y desde hoy promovamos el ¡Día de las “madres desnaturalizadas”! Esas que los informativos critican porque salieron a la calle a trabajar. Esas que dejaron solxs a sus hijxs porque no tenían con quien compartir las labores de cuidado. Esas desvergonzadas que se alimentan tan bien como sus criaturas; las mismas que disfrutan de sus cuerpos y buscan espacios para el sexo; estas villanas que se atrevieron a ser senadoras, concejalas, mujeres públicas; las mismas que llegaron pasadas las cinco de la tarde a sus casas….
Creo que con más “madres desnaturalizadas” como ellas, podemos empezar a reorganizarnos como sociedad, para que cualquier mujer que haya decidido su experiencia de ser madre, tenga las mismas oportunidades para ser y continuar siendo lo que se le antoje.
Quiero invitar a mi madre a que siga buscando y experimentando con su vida, para que pasados sus sesenta termine por fin su curso de conducción, para que nuestra relación siga unida por ese amor del que no dudo, ese mismo que nos permite a ella y a mí a amar nuestra propia libertad.
¡Feliz día para todas las madres desnaturalizadas que por fortuna existen!