Un mundo sin monstruos.
Para eso estamos aquí hoy. Para hacer lo posible porque muchos niños puedan
vivir lejos de esos monstruos que les dan miedo. Monstruos que en la mayor
parte de los casos a pesar de maltratar, ultrajar y despojar a las mujeres de
su felicidad, son ellos los que con su abuso de poder, fuerza y agresividad lo
pierden todo. Son monstruos que a pesar de someter, doblegar, golpear o asustar
son ellos los que hacen añicos su dignidad, no las de sus víctimas. Monstruos
que con sus prohibiciones, sus imposiciones, sus celos, su tiranía, dominan,
enclaustran, aislan pero que pierden la capacidad de dar, de confiar y de
compartir en igualdad.
Solo los cobardes insultan y tratan
de minar a una persona por el hecho de ser mujer. Solo quien es tan básico y
con tal complejo de inferioridad es capaz de tratar de creer que puede manejar
o cohibir a una mujer para dominarla a su antojo. El machismo que desprenden
por los poros es proporcional a su incapacidad de ser persona, de tener algo de
humanidad. Solo un cobarde es capaz de tener ese tipo de actitudes porque solo
así enmascara su incapacidad de ver de igual a igual a una mujer.
Nuestra misión es tratar de ayudar y
apoyar a las víctimas que en la mayoría de los casos no siguen con el
maltratador porque sean masoquistas o disfruten con su dominio, sino porque se
sienten indefensas y se ven incapaces de romper con la relación, porque se
sienten destruidas, sin ganas de vivir porque se las ha quitado el maltrato.
Tenemos que hacerles ver que no están solas, concienciar a nuestro alrededor
que esto es una lacra a erradicar y que solo juntos y demostrando no tener
miedo a esos monstruos podremos ayudar a mamás como las del video a salir
adelante y a sus hijos darles su derecho de ser felices y vivir sin miedo. Una
sociedad contra la violencia de género, lo vemos en muchos carteles y slogan.
Pero debemos hacer lo posible porque sea una realidad
Marta María Alonso Guijarro
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